Un grupo de vecinos de Los Barrios ha restituido el pasado fin de semana la réplica de la denominada Cruz del Romero en el pico del mismo nombre, dentro del término municipal barreño. "Se trata de una actuación bonita y desinteresada que merece nuestro reconocimiento. Las imágenes del ascenso cargando con la escultura hablan por sí solas", ha señalado el alcalde barreño, Miguel Alconchel.
El grupo de vecinos se desplazó hasta el paraje montañoso, ubicado en la Sierra del Niño, en la linde de los municipios de Los Barrios y Tarifa, para, llevando a cabo una tarea esforzada y laboriosa, subir hasta su cumbre la talla que sustituye a la que hace décadas lució en el mismo sitio, según cuentan las crónicas y las personas con edad que aún lo recuerdan.
"La realización y colocación de esta cruz en uno de los rincones más bellos de nuestro entorno, dentro del Parque Natural Los Alcornocales, supone recuperar una parte de nuestro patrimonio y, en cierto modo, un homenaje a la memoria de nuestros más mayores que, como no podía ser de otra manera, desde el Ayuntamiento aplaudimos y apoyamos. Forma parte de esa gran riqueza inmaterial que también atesoramos y de la que, a veces, nos olvidamos más de lo debido", ha afirmado Alconchel.
La iniciativa de devolver la reproducción de un crucifijo a la cima ha corrido a cargo de un colectivo de ciudadanos de Los Barrios coordinado por Andrés Muñoz Brenes, y ha contado tanto con el apoyo de la institución municipal barreña como de la dirección del Parque Natural Los Alcornocales. La obra es del artista algecireño Juan José Berenjeno, quien empleó más o menos un mes el pasado invierno para concluirla en su taller.
La talla, de tres metros de altura y 1,70 metros de envergadura, ha sido esculpida con madera de quejigo extraída de una traviesa de ferrocarril y está labrada con bajorrelieves en los que se representan imágenes alusivas a la flora y la fauna de Los Alcornocales, así como labores forestales propias de este hábitat.
El pico conocido como la Cruz del Romero es el más elevado de la Sierra del Niño, con sus 781 metros de altitud, y es uno de los más concurridos por los aficionados al montañismo en estos contornos de la comarca del Campo de Gibraltar, debido, entre otras razones, a las espléndidas vistas panorámicas que ofrece. Hasta mediados del siglo pasado, albergó en su cumbre una escultura con forma de crucifijo, popular entre los lugareños, que acabó desapareciendo del paisaje.